Directo a Madrid.

Olga Olivera-Tabeni.

“Andrés solía aparecer al anochecer, en su furgoneta blanca. No obstante, hubo una noche en que llegó en bicicleta, a través de las vías del tren. Lo divisamos mientras cruzaba ese espacio intermedio entre la luz y la oscuridad. Más tarde, nos reveló que había cruzado la gigantesca estructura ferroviaria del puente del Milano, en las afueras de Cañada, con su Lada Niva.”

“Y esa última noche -mi hijo y yo- terminamos comiendo solos, allí en medio de las vías, con aquel mantel-sábana improvisado, bajo el crujir de las traviesas y la lúgubre luz de las farolas de la estación, ahora sin propósito alguno, como lugar de pasajeros. Fue un final extraño, romántico, agridulce, pero a la vez una buena imagen que bien podría representar esa idea de la España vaciada ligada a la desaparición del tren convencional. El final de la residencia no podía ser de otra manera”.

“Directo a Madrid” es un proyecto artístico que surge de una investigación sobre la histórica y hoy cerrada, línea de tren Valencia-Cuenca-Madrid, conocida como el Directo a Madrid; y que reflexiona sobre el contraste entre las modernas infraestructuras del tren de alta velocidad, y estas viejas vías de tren abandonadas. Se cuestiona si estas nuevas estructuras realmente unifican la región, como sugiere un cartel en la estación en desuso de Castillejo del Romeral, o si las antiguas conexiones ferroviarias eran las que realmente unían territorios.
La artista relata su experiencia en la residencia artística en Kárstica, una de las estaciones de esta vía inactiva, mientras sigue el trayecto, la vía, desde las proximidades de Valencia hasta Madrid.

Las imágenes del proyecto se distancian de la imagen tópica de edificios de estaciones abandonadas. Yi-Fu Tuan en “Geografía romántica. En busca del paisaje sublime”, nos dice cómo la noción romántica del paisaje aún puebla nuestra contemporaneidad.
Directo a Madrid, se centra en su contracara, en las incoherencias y extrañezas que encuentra a lo largo del trayecto; se describen escenas surrealistas en las estaciones de tren abandonadas, con farolas encendidas en medio de la nada y los nuevos elementos hace poco instalados en entornos desolados. La artista reflexiona sobre la absurda inversión de recursos en infraestructuras -un engaño- ante su cierre inminente.
La situación del abandono, declive y desmantelamiento de las vías ferroviarias convencionales en España es preocupante, contribuye al abandono rural, a la desarticulación territorial y alimenta el fenómeno del despoblamiento o la España vaciada.

A lo largo de los años, los escasos recursos destinados a estas infraestructuras han contribuido a su obsolescencia, a que los usuarios dejen de usarlas y a su cierre final. En el horizonte se vislumbran vastos territorios despoblados, reflejando un mundo rural que se desvanece. Un desierto demográfico que impregna el ambiente como dice Paco Cerdá, en “Los últimos. Voces de la Laponia española”. La realidad es un comercio ambulante, unos extraños horarios de autobuses, y unos habitantes de verano, que de hecho son hijos o nietos de los antiguos moradores. Los robos y hurtos a los que se enfrentan las casas deshabitadas largas temporadas del año, o la progresiva desaparición de los lugares de encuentro de la comunidad; y quilómetros de vías que no conducen a ninguna parte.

En medio de la situación encontramos los que se resisten, a ese desplome del mundo rural, como Carlos Javier con su fábrica de mimbre, “Mimbres Moriana”, es de hecho una de las últimas fábricas de este material que quedan, o Miguel, el “Explorador solitario”, un “urbex” “youtuber” que documenta vías y estaciones abandonadas, o los artistas de las residencias en Kárstica, con proyectos vinculados a la naturaleza. O, los que volvieron a repoblar, que creen en el retorno a lo rural, como Andrés con su perro Pantera, conocido a Instagram como “panteraahorapinta”, o Gunther un carpintero, también medio artista, que habita en un lugar recóndito en una casa de autoconstrucción. Y entre esta galería de personajes está Eduardo, que vivió durante años en la estación perdida de Palancares, la que fuera famosa por un importante accidente ferroviario acaecido en 1960.

“Directo a Madrid”, reconoce el potencial que la reapertura de estas infraestructuras ferroviarias podría tener para retener y revitalizar las comunidades locales. Esto cobra mayor relevancia ante la inminente emergencia climática, que subraya la imperiosa necesidad de promover el transporte público.

*Este proyecto es una continuación de “Rescate de urgencia”, donde la artista sigue la línea ferroviaria Baeza-Saint Girons, hasta territorio francés, y relata las historias encontradas en medio de esas vías, un proyecto también lleno de extrañezas, incoherencias, de restos de historia y de huellas de humanidad.